¿Cómo me convierto en un profesional liberal?

¿Cómo me convierto en un profesional liberal?

  • Emprendedores y Autónomos

Trabajo y libertad es una combinación que para muchos suena bastante utópica. No obstante, el deseo de intentar convertirse en profesional liberal crece en muchas personas y la tentación de convertirse en su propio jefe hace que el corazón les palpite con más fuerza. Pero por muy libre y alentador que suene la vida de un profesional liberal, muchas veces no se es consciente en absoluto de lo que significa establecerse como autónomo, y mucho menos aún de mis dos primeros puntos de comienzo una vez que se ha tomado la decisión. 

Profesionales liberales. ¿Quiénes son los bichos raros en la jungla de las profesiones?

 Al círculo de los profesionales liberales pertenecen, principalmente, aquellos que ejercen una actividad en base a una cualificación profesional específica y/o a un determinado talento creativo, y de esta forma prestan un servicio cualificado, independiente y responsable. Poético suena, sí, pero lamentablemente no todos pueden adherirse a este grupo de elegidos. ¿Cómo averiguar entonces si la profesión de uno está entre esas categorías? Los legisladores han previsto para estos casos un estricto régimen que se regula en la ley 35/2006 del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. En esta ley aparecen listadas todas las profesiones reconocidas como liberales por los legisladores en el llamado “catálogo”. Como actividades profesionales clásicas aparecen, según esto, los médicos, los abogados, los arquitectos y los periodistas. Las profesiones que no aparecen recogidas en el catálogo, pero que son similares a las actividades sí listadas, se consideran profesiones industriales.

Pero si resulta tan duro ser considerado profesional liberal, entonces ¿por qué es tan tentador? Está bien la pregunta, aquí van un par de tentadoras respuestas.

Porqué compensa ser profesional liberal… o también un cuento sobre los elegidos

Además de la promesa de convertirse en su propio jefe, para los profesionales liberales también existen otras ventajas tentadoras que justifican el por qué el reconocimiento de una profesión liberal está tan estrictamente estructurado. En primer lugar, al ser reconocido como profesional liberal se aísla uno de los demás profesionales industriales con respecto a la fortuna de quedar liberado de los impuestos sobre sociedades. Al profesional liberal le corresponde únicamente el impuesto sobre la renta y el impuesto sobre el volumen de negocio.

Además, los profesionales liberales no están obligados a registrarse en la Cámara Oficial de Artesanos ni en la Cámara de Comercio e Industria. El único y decisivo registro se efectúa a través de la Agencia Tributaria.

Aún encima, tampoco se está obligado a llevar una contabilidad comercial, sino que se puede presentar cómodamente una sencilla cuenta de ingresos y excedentes al cierre del año.

Comprobamos que, como profesional liberal, efectivamente se disfruta de una o dos ventajas, pero queda la cuestión ahora de cómo me puedo convertir en profesional liberal oficialmente.

Primeros pasos de un profesional liberal y el arte de la calma interior

Tan pronto se ha tomado la decisión, no hay que vacilar mucho, sino pasar a la acción de inmediato. El primer paso lleva, por lo tanto, a la Agencia Tributaria, donde se decide sobre la victoria o la derrota. A través de la Agencia Tributaria se comprueba primero si la actividad indicada se corresponde con el perfil de las profesiones liberales. En este punto, puede suceder, sin embargo, que la administración solicite los correspondientes certificados que corroboran las cualificaciones indicadas.

Si la administración finalmente aprueba la solicitud, ya se puede uno llamar profesional liberal oficialmente y, tras un buen grito de victoria, continuar a buen paso y con diligencia. Después continúa con el registro, que como mucho se efectúa hasta cuatro semanas después de la entrada en la profesión liberal.

Según la actividad profesional liberal, los grupos profesionales son representados por cámaras. Estas cámaras trabajan en las llamadas organizaciones corporativas y representan en ellas a todos los trabajadores de profesionales liberales. El grupo profesional de los médicos es un ejemplo de profesión obligada a registrarse en una cámara. Precisamente estas corporaciones obligan a los profesionales liberales a registrarse en la organización corporativa correspondiente. No todas las profesiones están afectadas por esto, por lo cual resulta razonable informarse primero para evitar tener que hacer de tripas corazón.

El camino sigue hacia los seguros, pues los profesionales liberales también pueden ponerse enfermos y deben estar asegurados. Las profesiones obligadas a registrarse imponen a los trabajadores la contratación de un seguro de enfermedad, normalmente dentro de la corporación misma. Esto es válido igualmente para el seguro de pensión, que también se regula dentro de la corporación. Además, algunas profesiones están obligadas al régimen legal del seguro de pensiones y otras, pueden hacerlo de forma privada, no hacerlo o acogerse igualmente al régimen legal.

El último régimen obligatorio es el del seguro por accidentes. Los profesionales liberales están obligados a ello y deben, por esta razón, entrar en una asociación profesional que les asegura en caso de accidentes.

Una vez superados con éxito todos estos obstáculos, al afortunado profesional liberal ya no le queda nada ni nadie en el camino, por lo que ya puede pasar a la acción.

¡Coja con ánimo su profesión liberal!