FOBO: la ansiedad que paraliza nuestra capacidad de decidir

FOBO: la ansiedad que paraliza nuestra capacidad de decidir

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Un abanico demasiado amplio de opciones entre las que elegir puede marearnos tanto hasta llegar a desencadenar miedo a la hora de tomar una decisión.

 

El miedo a dejar escapar la mejor opción

La indecisión persistente a la hora de enfrentarse con las decisiones por tener muchas opciones a nuestro alcance se llama FOBO (fear of better options), es decir la incapacidad de tomar una decisión por miedo a no conseguir identificar la mejor opción. El término FOBO fue creado por Patrick McGinnis escritor norteamericano y emprendedor, creador también del fenómeno denominado FOMO (fear of missing out) es decir el miedo a perderse algo y quedar así fuera de las tendencias y de las experiencias.

 

Aunque estos dos términos fueron acuñados hace casi 15 años, solo recientemente la FOMO ha sido identificada como la “ansiedad del milenio”, debido sobre todo a su relación con la dependencia de las redes sociales que desemboca en la obsesión de estar siempre conectado para no perderse nada de lo que ocurre.

Según McGinnis, la FOBO es aún más insidiosa que la FOMO, porque puede afectar hasta a las más pequeñas decisiones cotidianas. Decidir qué pelicula ver, dónde ir de vacaciones, qué coche comprar, qué comer, qué compañía telefónica elegir, etc. Para quien tiene FOBO las múltiples opciones a su disposición constituyen un verdadero problema. Los psicólogos llaman este fenómeno “parálisis decisional” que puede llevar a quien la sufre a la incapacidad de decidir y experimentar incluso un sentimiento de opresión a la hora de tomar una decisión. Lo que agobia a estas personas es la gran cantidad de información que tienen que procesar para poder evaluar cual sería la mejor opción, comparar las ventajas y las desventajas de cada una, además de sentir siempre la amenaza de un posible arrepentimiento en el futuro por la opción elegida.

 

Ahogarse en un mar de opciones

McGinnis en una entrevista del periódico The Guardian, explicó que el mecanismo de la base del miedo a tomar decisiones es algo propio del ser humano y pertenece a aquellos comportamientos que nos han permitido sobrevivir y evolucionar como especie. El hecho de que nuestros antepasados fueran capaces de ponderar sus propias elecciones eligiendo la opción con más ventajas, ha contribuido al éxito del ser humano. Hoy en día, la difusión de la tecnología de masa (uso de smartphone e Internet en todo momento) ha transformado la FOMO y la FOBO en un comportamiento muy difuso. La posibilidad de evaluar en tiempo real la mejor opción disponible, pudiendo comparar precios, tipos de servicio, calidad de los productos, etc, en lugar de facilitar nuestra elección, nos paraliza.

 

Tener a nuestro alcance un número elevado de opciones no aumenta nuestra satisfacción: Sheena Lyengar y Mark Lepper de la Columbia University lo han demostrado con su investigación. Para esta investigación le dieron a los clientes de un supermercado la posibilidad de elegir una degustación de mermeladas entre 2 opciones. Una selección de 24 mermeladas y una de tan solo seis tipos.

El 60% de los clientes se ha sentido atraído por la selección más amplia pero solo 3% de ellos realmente compró uno de los productos probados, mientras que el 30% de los que habían probado la mermeladas de la selección más reducida realizaron una compra. La investigación ha puesto de manifiesto también otro factor: los consumidores con menos opciones entre las que elegir han sentido más satisfacción acerca de sus decisiones después de un tiempo.

 

Cambiar de perspectiva para superar la FOBO

La diferencia entre quien tiene problemas a la hora de elegir y quien no, reside en el enfoque con el que se lleva a cabo esta acción. Como nos ha explicado el premio Nobel Herbert A. Simon, existen dos tendencias que influyen en nuestro proceso de toma de decisión: la primera es la denominada “maximizing”, adoptada por quien quiere maximizar los beneficios y las ventajas eligiendo la mejor opción, y la “satisficing”, que caracteriza a quien se concentra en la individuación de la opción que mejor responda a sus necesidades y deseos.

Quien utiliza el primer enfoque tiende a comparar todas las opciones que tiene a su disposición y por ello tiende a sufrir mucho más y más a menudo de FOBO.

Este tipo de enfoque no actúa solo en el momento de la elección sino que también afecta a la forma con la que se percibe la acción llevada a cabo en el tiempo.

Quien busca la maximización de las ventajas terminará agotado por el tiempo y las energías utilizadas para comparar las distintas opciones, mientras que, quien punta a ver satisfechas sus necesidades vivirá mucho más tranquilo y relajado el momento sucesivo a la decisión, sabiendo que la elección ha sido guiada por un criterio de necesidad y satisfacción.