
Abogados y publicidad: el legal marketing pasa por los contenidos
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La aparición de estrategias de marketing basadas en el concepto de personal branding ofrece nuevas oportunidades de promoción para profesionales y autónomos, pero su uso sigue siendo poco frecuente en el sector jurídico.
¿A quién le asusta el marketing jurídico?
En España se empezó a hablar del marketing jurídico a principios del año 2000 y en poco tiempo se creó un mercado propio que “permitió a profesionales individuales y a consultoras introducirse en el mercado de la abogacía”.
Cuando hablamos de marketing jurídico nos referimos al conjunto de las actividades de comunicación y promoción utilizadas por los bufetes de abogados, notarios y gestores, para promover sus servicios, captar nuevos clientes o fidelizarlos.
El marketing jurídico no es solo una filosofía de orientación al cliente sino también una herramienta de gestión empresarial que puede ayudar a las empresas y los bufetes a tomar decisiones para mejorar su situación presente.
El marketing jurídico no es (solo) publicidad
Comunicar la experiencia y la competencia de un experto jurídico no es lo mismo que anunciar un producto: la mayoría de los productos se crean a partir de un estudio detallado de las necesidades de los consumidores y se diseñan para satisfacer sus deseos. Lo que realmente importa en el marketing jurídico es, ante todo, la identidad del profesional, su trayectoria de estudios y la experiencia que ha ido acumulando durante el desarrollo de su profesión.
El objetivo del marketing jurídico no es, de hecho, convencer a los clientes para que se dirijan a un experto jurídico específico, sino más bien garantizar que quien está buscando un experto jurídico encuentre a la persona que más se ajuste a sus necesidades y expectativas.
Por esta razón, muchas de las actividades del marketing jurídico están dirigidas al personal branding, es decir, a resaltar la individualidad del profesional y sus competencias específicas.
Especialmente en la última década, debido al aumento de la demanda por parte de los clientes de perfiles expertos en ámbitos especializados como el derecho internacional o el tratamiento de los datos personales, se ha experimentado una multiplicación real de las especializaciones forenses y la aparición de nuevas especialidades en el ámbito del asesoramiento jurídico. No es de sorprender, por tanto, que las figuras profesionales se hayan diversificado en consecuencia, también como respuesta a la creciente competencia del sector, exacerbada por el avance de las inteligencias artificiales jurídicas.
Contenidos que crean valor
A pesar de ser un abogado especializado y competente, si los clientes potenciales no son conscientes de su existencia, será difícil que se alcance un número suficiente de cargos para garantizar un beneficio adecuado. Como consecuencia, el profesional jurídico debe ser capaz de crear un espacio que sirva de punto de encuentro entre la solicitud de asesoramiento en su área de especialización y su oferta profesional, para dirigirse de manera específica a quienes más necesitan su ayuda. Así, una vez identificadas sus fortalezas y su público, la promoción del asesor jurídico pasa por crear y publicar contenidos de alto valor informativo, que destaquen tanto su competencia como su profesionalidad y experiencia.
Entre los contenidos más apreciados y eficaces se encuentran la profundización en temas especializados y los dictámenes jurídicos, porque permiten resaltar las capacidades del profesional ofreciendo, al mismo tiempo, información útil para el lector. Del mismo modo, un estudio del caso y asesoramiento gratuito pueden ser excelentes herramientas para ilustrar el enfoque personal del profesional y, al mismo tiempo, ofrecer al público consejos y ejemplos prácticos.
Ya se trate de publicaciones que se encuentren en el sitio web o en plataformas como Facebook, es importante recordar que los contenidos deben respetar los deberes de la verdad, corrección, transparencia, secreto y confidencialidad de la profesión y no pueden contener información comparativa o referencias a terceros.