
Basta de estrés postvacacional: un soplo de aire fresco para combatir la melancolía
- Gestión del tiempo
Al regresar a la oficina, uno de cada dos españoles sufre el llamado síndrome postvacacional. En estos casos, replantearse los hábitos y buscar nuevos estímulos puede ayudarte a superar el estrés y recuperar la motivación.
Qué es y cómo se manifiesta el síndrome postvacacional
Al reincorporarse al trabajo después de las vacaciones o de un período de ausencia prolongada, algunas personas sufren síntomas como apatía, mal humor o fatiga física y mental, generalmente conocidos como síndrome postvacacional. En realidad no se trata de una verdadera patología (el síndrome no aparece, por ejemplo, en los manuales de psiquiatría o de psicología) sino que se considera más bien un trastorno temporal, al que merece prestar atención para evitar que se transforme en algo más.
Las causas de esta reacción al final de un período de descanso se encuentran a menudo en la insatisfacción vinculada a lo que nos espera al regreso. Durante las vacaciones, la mayoría de las personas se dedica a actividades agradables y a menudo muy diferentes de las que caracterizan la vida cotidiana: excursiones, días al aire libre y momentos dedicados a la convivencia y al ocio. Esto puede hacer que el contraste con la vida cotidiana y la realidad laboral sea más marcado, especialmente cuando éstas se caracterizan por su repetitividad y aburrimiento.
La menor cantidad de experiencias estimulantes a las que estamos expuestos es la que desencadena los síntomas del síndrome postvacacional.
Una de las formas de combatir este malestar es introducir pequeños cambios en los hábitos, para generar nuevos estímulos y reavivar la motivación. No es necesario revolucionar por completo nuestro día a día para experimentar los beneficios que aporta un poco de novedad: pequeños cambios pueden generar grandes resultados.
Nuevo impulso con una rutina matinal personalizada
Las actividades que forman parte de nuestra rutina matutina pueden influir enormemente en la forma en que vivimos el resto del día. Un despertar traumático con el sonido de la alarma y una carrera contra el tiempo para llegar al escritorio pueden, de hecho, agotarnos incluso antes de empezar a trabajar. Planificar la mañana de manera que se disponga del tiempo necesario para un desayuno saludable y un poco de actividad física es un factor clave para abordar el día en la oficina con energía.
Sin embargo, la rutina matutina ideal no solo debe consistir en actividades saludables como el ejercicio y una nutrición adecuada, sino que también debe incluir tiempo para uno mismo y actividades relajantes o simplemente agradables. Aunque esto requiera un cambio en el ritmo del sueño, tomarse tiempo para leer un libro, cuidar las plantas o escuchar un podcast ayuda a comenzar el día con positividad y expectativa desde la noche anterior.
Reorganizar el lugar de trabajo y la jornada laboral
A veces lo que dificulta la vuelta al trabajo es pensar en la monotonía que nos espera, pero esto también se puede combatir introduciendo pequeñas novedades en el enfoque de la actividad laboral.
Empieza por el lugar de trabajo. Ya sea una oficina tradicional o una oficina en casa, reorganizar el espacio de trabajo para que sea más funcional y agradable puede tener efectos positivos inmediatos. Múltiples estudios demuestran que es suficiente enriquecer el ambiente con plantas verdes para mejorar la concentración y recuperar la productividad.
Cuando lo que nos preocupa es más la monotonía de las actividades laborales que el ambiente de trabajo, podemos reorganizar el día para intentar hacerlo más productivo y estimulante. El mejor método es repartir la carga de trabajo según nuestras energías. La estrategia más eficaz es concentrar las actividades más exigentes en los momentos en que estamos más lúcidos y atentos, relegando las más monótonas a los momentos de menor concentración.
Invertir en el ocio y las aficiones
Durante las vacaciones es más fácil encontrar tiempo para pasatiempos y aficiones. El regreso a la vida cotidiana se traduce muchas veces en menos tiempo para nuestras aficiones, por eso muchos temen el final de las vacaciones. Es importante volver a organizar nuestra rutina semanal para poder dedicar tiempo al ocio, al deporte o a nuestras aficiones. La vuelta a la vida normal puede ser más llevadera si se da prioridad a las actividades que estimulan el propio interés y la propia pasión.
Externalizar el desempeño de algunas tareas cotidianas nos puede ayudar a disponer de más tiempo libre para dedicar a las actividades de ocio. Pedir comida a domicilio y recurrir a servicios externos para gestionar las llamadas telefónicas o la contabilidad son ejemplos de externalización de servicios que nos permiten liberar valiosas horas.