
Creación de una empresa. Seis consejos para el hilo rojo de la motivación en la empresa emergente
- Emprendedores y Autónomos
Fundar una empresa emergente como empresario potencial seguro que no es tarea fácil. Un futuro emprendedor debe superar algunos obstáculos y, en no pocas ocasiones, tiene la cabeza llena de vías y posibilidades que le hacen dudar. Pero esto no debería suceder en absoluto, puesto que si se tienen siempre presentes estos seis sencillos puntos, sea cual sea el caos que domine a nuestro alrededor, el hilo rojo se conserva a pesar de todo. Por lo tanto, si eres un futuro emprendedor o conoces a uno o te ronda la idea de convertirte en ello, entonces seguro que estos seis consejos te ayudarán en distintos momentos a volver a encontrar el camino correcto.
¡Mantente abierto a nuevas cosas!
Cuando se ha visto mucho y se ha acumulado una gran cantidad de experiencias, talvez uno se pueda permitir ser limitado y estrecho de miras. Lo aconsejable que es eso, es otra cuestión. Como estrategia para un futuro emprendedor, la verdad, no es aconsejable en absoluto. En primer lugar te sitúas tú con tu creación muy al principio y, como sea que lo puedas sentir íntimamente como un proyecto perfecto, no resulta de ayuda en la mayoría de las situaciones.
Precisamente al comienzo se debería mantener siempre un rastro de espíritu abierto y de espontaneidad, que deberían ser activados cuando ese proyecto perfecto, que se pensaba seguro, sencillamente no quiere salir. Muchas grandes ideas fracasan por su estrechez de miras y por la idea de que las cosas deben transcurrir según el esquema F. Un cruce espontáneo con el camino recto puede llevar simultáneamente a un maravilloso oasis con nuevas sensaciones, ideas y fuerza. Conserva por tanto siempre un cierto de grado de espíritu abierto. Esto es válido no solo para la idea (las ideas son procesos y pueden precisar también una actualización en determinados puntos), sino también para la realización.
¡Conéctate con otros emprendedores!
A la vista de las masas en Internet debería suponerse que no hay nada más importante que los preciosos vídeos de gatos, pero al reflexionar más detenidamente sí que se aprecian una o dos cosas que, como mínimo, tienen un valor similar. Las conexiones correctas están definitivamente entre esas cosas. Creo que todos conocemos ese fenómeno, en que uno resulta perjudicado en una situación a pesar de sus capacidades, solo porque de repente aparece alguien que simplemente tenía mejores conexiones. Por lo tanto, para futuros empresarios (y también para el pueblo llano) es válida la siguiente regla: ¡al principio son todos tus amigos potenciales!
Mantente abierto, entonces, y familiarízate con la gente de tu sector. Resulta enormemente útil cuando las personas, que más tarde podrían ayudarte, te conocen de otras situaciones y, esperadamente, tienen asociaciones positivas hacia ti. ¡Por eso sal y conéctate! Comienza por personas pequeñas, más accesibles y ve abriéndote el camino lentamente. Por cierto, las conexiones no se consiguen en una noche. No, no. Las relaciones necesitan tiempo y, precisamente por eso, es recomendable no dejarlo para mañana y empezar hoy mismo con las conexiones.
¡Sé inteligente en tu empresa emergente!
¿Se oye hablar de eso esporádicamente? Bueno, lamentablemente muchas personas aún no usan su lado inteligente en la medida en que deberían. En muchos de nosotros fermenta el deseo de convertirnos por fin en emprendedor y luego fracasa, pero no a causa del dinero, sino de la falta de ideas. Porque las ideas deben ser siempre innovadoras, particulares y también cien por cien nuevas, ¿no? ¡No, de ninguna manera! Si la tormenta de ideas ni navegar por Internet sirven ya de ayuda, ¡entonces sé simplemente inteligente! No todos los días hay que volver a inventar la rueda con una nueva idea. La rueda está bien, piensa mejor en la forma de optimizar la rueda. Brevemente: encuentra tu idea entre la multitud de ideas ya existentes, fusiona lo que hay sencillamente y crea con ello algo nuevo. ¡Piensa en la esquina!
¡Ten más agallas!
Roma no se construyó en un día (y tampoco se destruyó, por cierto), por lo tanto recuerda siempre las agallas que tienes y que te han motivado a dar el paso de convertirte en emprendedor. Nadie ha dicho que el camino que vas a seguir sea sencillo y que no va a haber ciertos momentos en los que te vas a querer marchar a una isla solitaria. Pero piensa siempre que ha habido algo que te ha movido a intentarlo y ten las agallas suficientes para superar los desafíos. Ningún buen empresario se convirtió en eso estando en la playa de vacaciones todo el día, mientras se creaba su empresa. Por lo tanto, un emprendedor bueno y eficaz no se hace de la noche a la mañana, pero quien tenga siempre presentes las agallas necesarias, conseguirá aguantar y recolectar al final los frutos de su trabajo.
“Considera el dinero como un mal necesario,
y no como tu único elemento de ayuda”
¡Pide la luna!
Poético, lo sé. Pero también verdad al cien por cien. En general suele caerse en la humildad y en el método de “un pasito después de otro”, y en ciertos aspectos puede que sea correcto. Pero no, sin embargo, cuando se trata del entusiasmo y de la humildad de un futuro emprendedor. Por eso no debes darte por satisfecho con las pequeñas ideas, sino que debes pedir la luna y ¡crear una visión! Te prometo que vas a encontrarte a muchísimas personas que sacudirán la cabeza a tus espaldas y se preguntarán cuántas copas de más te has tomado, pero estas tampoco son las personas que tú necesitas. Tienes un sueño y tienes que imaginártelo tan grande y bonito como te sea posible, porque después alcanzarás tus propios límites y más allá para poder lograr ese objetivo. Además, se inicia uno como empresario mejor pensando con menos estrechez de miras y en cajones entrelazados, que de forma grande y amplia. Justo hasta la luna.
¡El dinero no siempre es oro!
Antes de nada hay que decir muy claro que para fundar algo necesitas dinero. Sin un pequeño capital, tu empresa pronto tendrá un aspecto pobre. Sin embargo, tampoco se deben depositar todas las esperanzas en el precioso dinero. La verdad es que este puede ser tu peor enemigo a la hora de desarrollar tu creatividad. Nuestra creatividad es lo primero que se va por la borda cuando hemos dejado la balsa decrépita y hemos subido al yate de lujo. La realidad es que el dinero nos enseña a ser vagos. ¿Por qué hacerlo yo mismo, si por cuatro perras puedo conseguir que alguien lo haga por mí fácilmente? Pues muy sencillo, porque tú eres el corazón de tu idea y dependes continuamente de tu creatividad (y de la de tu equipo, dado el caso). Fomenta, por lo tanto, tu creatividad y considera el dinero como un mal necesario, y no como tu único elemento de ayuda. Algunos productos fenomenales ya han sido producidos con apoyos financieros muy limitados.
Esperemos que la canción de ser emprendedor aún no haya sido cantada de principio a fin por el momento y que, por lo menos uno de estos consejos, haya provocado nuevas acciones o regalado un poco de motivación. En caso de duda, hay que pensar siempre, primero, que ya ha habido personas que han fracasado antes de ti y, segundo, ¡que Roma no se construyó en un día!