
El primer día en un trabajo nuevo: cómo transformar los miedos en puntos fuertes y empezar con el pie derecho
- Emprendedores y Autónomos
¿Qué sentimos cuando nos incorporamos a una nueva empresa y nos tenemos que medir con nuevas metodologías y organizaciones del trabajo, nuevas personas, proyectos y retos?
Aunque al principio los miedos ocupan un lugar destacado, lo que hay que hacer es ser honesto sobre el conocimiento que todavía falta, y escuchar a aquellos que ya están para aprender más rápidamente y dar una buena impresión. El primer día de un nuevo trabajo o de una nueva colaboración es un poco como el primer día de clase, muchas son las emociones que se perciben: curiosidad, ansiedad, interés, esperanza, nerviosismo e incluso miedo.
Aunque hemos pasado brillantemente todas las fases de la selección y sabemos que estamos provistos de todos los requisitos necesarios para poder desempeñar una determinada labor, los primeros días de un nuevo trabajo son siempre tensos e inquietos. Los mayores miedos que se perciben normalmente son lo de no estar a la altura del puesto, de no integrarse en los primeros momentos, de equivocarse y otras muchas cosas más.
Generalmente para que las nuevas incorporaciones se sientan cómodas durante su primer día, la tendencia es la de estructurar la jornada de forma que haya un impacto lo más gradual posible, sin una inmersión total en las tareas: presentación de los equipos de trabajo y de los espacios de trabajo, de los jefes y de los team leaders y la exposición de la información general acerca de la organización del trabajo y de los objetivos empresariales.
Las empresas están formadas por personas que a su vez han tenido su primer día de trabajo y conocen muy bien la sensación que se tiene al empezar en un sitio diferente.
Dar a los nervios una función positiva
Si al entrar en la nueva oficina nos sentimos inexpertos y poco cualificados lo mejor que podemos hacer es intentar relajarnos y convertir las energías negativas en algo provechoso. Este es el momento de utilizar toda esta energía inquieta para ponerse al día y detectar toda la experiencia (expertise) que haga falta, cosa que será valorada muy positivamente y puede abrir puertas para futuros avances y promociones.
Siempre se aprecia la capacidad de autoevaluación y de iniciativa: nadie llega a un trabajo nuevo sabiéndolo todo, lo importante es buscar desde el principio un canal de comunicación efectivo y adoptar una postura proactiva y productiva. La primera impresión es para siempre.
Algunos consejos prácticos para el primer día de trabajo
Hay algunas cosas que se pueden planificar y hacer por adelantado para llegar al día de la incorporación con un bagaje de informaciones útiles, y que así no nos pille desprevenidos y otras cosas que pueden ser puestas en práctica el primer día.
- Es fundamental documentarse acerca de la empresa para estar informado sobre el desarrollo de sus actividades en el tiempo y el ámbito en que opera y poder así tener una visión general de los posibles retos y objetivos del negocio ya desde el primer día.
- Preparar una pequeña presentación para poder contar algo sobre nosotros, pero sin parecer demasiado presuntuosos ni aburrir a los interlocutores. Una herramienta útil para preparar este pequeño discurso es seguramente el “Elevator Pitch”.
- Puntualidad. Para evitar llegar tarde tu primer día una solución puede ser la de probar unos días antes el recorrido desde casa al lugar de trabajo, y de este modo calcular realmente el tiempo de desplazamiento que necesitaremos.
- Tomar notas. El primer día de trabajo nos exponemos a una serie no indiferente de nuevos nombres, tareas, instrucciones y reglas. Para evitar olvidar algo es útil tomar notas, en un bloc de notas o en el smartphone. Los nombres y los roles son los elementos más significativos que apuntar.
- Ser sinceros y hacer preguntas. Es muy importante no actuar durante las primeras tomas de contacto con compañeros de trabajo, jefes, team leaders, etc. Ser natural y no tener miedo a preguntar son actitudes que se evalúan positivamente y que permiten generar confianza y buen ambiente.
En conclusión, el primer día de un nuevo trabajo es preciso estar atentos, ser respetuosos, estar dispuestos a aprender y a colaborar con las personas, pero al mismo tiempo, hay que alejar las emociones negativas que nos podrían hacer cometer errores que minarían nuestro futuro en la empresa.
Siendo amable, profesional, y demostrando ganas de crecer desde el primer día el nuevo trabajo será pan comido.