Falsos mitos sobre el liderazgo

Falsos mitos sobre el liderazgo

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Existen muchísimos falsos mitos acerca del buen líder y del liderazgo perfecto. Podemos definir falsos mitos como aquellas creencias falaces largamente aceptadas y muy resistentes al cambio. La idea de liderazgo está llena de estereotipos que siguen afectando tanto a quien desempeña la tarea de líder como a quien la tiene que definir. Los principales falsos mitos de un buen líder son:

  • El líder nace, no se hace.
  • El carisma es fundamental para un buen líder.
  • El buen líder tiene siempre una respuesta
  • Ser líder significa tener poder y todo bajo control
  • Si alcanza buenos resultados significa que el liderazgo es bueno.
  • El buen líder nunca se equivoca ni cambia de opinión.
  • Si has sido líder una vez lo serás para siempre.
  • Sin embargo, este listado de características parece estar bastante lejos de la realidad y llena de exageraciones incluso para quien nunca ha ejercido el liderazgo o ha trabajado en equipo.

El líder es una persona

Ante todo, el líder es una persona como las demás. Es verdad que tiene un rol de coordinación y de responsabilidad ante un grupo, pero hay que tener en cuenta que, siendo una persona como el resto, no se encuentra ajena a las fluctuaciones normales de la productividad, la concentración y el rendimiento; además de ser una persona falible que puede cometer errores y cambiar de opinión.

Muchos líderes sufren una gran presión por su papel, no tanto en relación a la carga de trabajo que implica su rol, sino por las falsas creencias asociadas a este tipo de puesto.

Es cierto que un líder, en general, tiene muchas responsabilidades y que de sus elecciones y acciones dependen el resto de las personas del equipo, así como el rendimiento grupal.

Qué no es un líder

El liderazgo no es ni un título ni un puesto.

Es importante entender que los altos cargos y la alta dirección no tienen nada que ver con el liderazgo. No es necesario ocupar los puestos más altos para ser un líder o para liderar un equipo eficazmente. Los rangos o los títulos no tienen conexión con el liderazgo. Simplemente por el hecho de que alguien ocupe una posición de mayor rango, esto no le convierte necesariamente en un líder. A este respecto Theodore Roosevelt una vez dijo “La gente se pregunta por la diferencia entre un líder y un jefe. El líder trabaja en campo abierto y el jefe a cubierto. El líder lidera y el jefe conduce”, así que es bueno no confundir el papel de jefe con el de líder.

Un líder no es un experto en liderazgo

Ser líder no significa ser experto en liderazgo. Muchas veces se llega a ser líder gracias a una particular actitud y visión más que por conocimientos teóricos y técnicos. Por lo tanto, el liderazgo no está relacionado con la adquisición de herramientas teóricas ni significa cumplir con un listado fijo de características que atribuyen a la persona que las tenga el rol de liderazgo por derecho.

El líder no tiene porque ser un hombre necesariamente

Uno de los mayores falsos mitos son aquellos relacionados con el género, de modo que se puede hablar de un verdadero estereotipo de género relacionado con el liderazgo. En el pasado se pensaba que ser líder significaba ejercer el poder y tener una actitud desafiante y a veces agresiva, lo que permitía relacionar liderazgo y masculinidad. Además, el escaso número de mujeres líderes hacía pensar que simplemente las mujeres no tenían las características adecuadas para asumir el liderazgo. En realidad el escaso número de mujeres líderes se debe al techo de cristal que impide a las mujeres alcanzar puestos de trabajo de responsabilidad, así como a la falta de políticas de inclusión y sobre todo a la total ausencia de un plan de conciliación entre trabajo y vida privada. El liderazgo no tiene nada que ver con el género.

Ser líder no significa necesariamente tener una personalidad dominante

Ser líder no significa necesariamente tener una personalidad dominante, ser hiperactivo ni carismático. Existen líderes con características menos disruptivas que crean y motivan grupos muy exitosos

Lo qué es un líder

Ser un ejemplo para los demás

Ser líder significa ser un ejemplo y una guía. Significa buscar la mejor forma para motivar al grupo y maximizar los talentos que lo componen. El verdadero líder comparte las experiencias con todos, no se siente superior a nadie, acepta y comparte la buena y la mala suerte del equipo promocionando la puesta en común tanto de los logros como de los errores.

Actitud pro-activa y acogedora

A través de este tipo de actitudes un líder podrá fomentar la participación de las personas y aumentar su motivación, maximizando los recursos internos y haciendo que cada integrante se sienta parte del grupo y capaz de aportar algo único.

Comunicar de forma eficaz

Claridad, diplomacia y efectividad son las palabras que forman la base del estilo comunicativo de un líder. Para saber comunicarse eficazmente hay que saber también escuchar con atención, para poder responder adecuadamente a las dudas o a las preguntas del grupo.

Compartir información

Un líder capaz de desempeñar su tarea eficazmente es una persona que comparte toda aquella información valiosa que puede dar al grupo, hace preguntas inteligentes, proporciona estímulos y nuevas ideas, aclara malentendidos y formula exigencias claras. Los mejores líderes también utilizan su habilidad comunicativa para inspirar y motivar al equipo.

En conclusión, es preciso decir que no existe el manual del buen líder, ni siquiera un listado cerrado de aquellas características que cualquier buen líder debería poseer. Lo único cierto es que ser líder significa fundamentalmente ser reconocido como tal por un grupo. Así pues, podemos afirmar que la posibilidad de ser reconocido como líder dependerá de muchos factores, pero sobre todo de la forma en la que la gente perciba su capacidad para liderar.