
¿Insomnes e improductivos? Quien duerme poco trabaja peor
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La calidad del descanso es importante tanto para la salud como para el rendimiento en el trabajo, pero nuestra sociedad sufre una verdadera epidemia de falta de sueño.
Se duerme poco y mal
Los españoles duermen poco y mal. Según los datos facilitados por la Sociedad Española de Neurología (SEN) con motivo del Día Mundial del Sueño del pasado marzo, “más de 12 millones de personas en España no descansan de forma adecuada y más de 4 millones padecen algún tipo de trastorno del sueño crónico y grave”.
Hay quien tiene dificultad para dormir y no pega ojo durante horas, quien se duerme en el sofá delante de la televisión y quien se despierta varias veces durante la noche.
Según Arianna Huffington, fundadora del Huffington Post y autora del libro “La revolución del sueño”, la falta de sueño es uno de los principales males de nuestro tiempo y advierte sobre los peligros de dormir demasiado poco. Según Huffington, las necesidades impuestas por nuestro estilo de vida actual roban valiosas horas al sueño cada noche. De hecho, se estima que en 1942 el porcentaje de población que dormía menos de 6 horas por noche era de alrededor del 11%, mientras que hoy ese porcentaje supera el 40%. Pero, ¿cuáles son los efectos de la falta crónica de sueño?
Los efectos de la falta de descanso
Matthew Carter, profesor de biología y autor de una Ted Talk titulada “La ciencia del sueño (y el arte de la productividad)”, compara la falta de sueño con hábitos dañinos como fumar o comer comida basura, en términos de efectos negativos para la salud. De hecho, el sueño es esencial para la producción de somatotropina (hormona del crecimiento), que a su vez es indispensable para permitir el desarrollo muscular y el metabolismo de las grasas. El sistema inmunológico también es más eficiente durante el sueño. Por estas razones, dormir poco aumenta el riesgo de patologías como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e infecciones, pero también de trastornos psicológicos como ansiedad y depresión.
A las personas que duermen mal también les cuesta más concentrarse, cosa que hace disminuir drásticamente su rendimiento laboral. Un estudio realizado por RAND “Why sleep matter” ha evaluado el daño económico provocado por la falta de sueño. Se estima que sólo en los Estados Unidos esta pérdida económica asciende a más de 400 mil millones de dólares al año .
Porque se duerme muy poco
¿Qué significa dormir poco y cuántas horas de sueño son realmente necesarias? Depende. Según los expertos, la cantidad óptima de horas de sueño no es la misma para todas las personas, aunque para un adulto sano generalmente son necesarias entre 6 y 8 horas por noche. La mejor manera de saber si estamos durmiendo menos de lo que deberíamos es escuchar a nuestro cuerpo: si a menudo nos sentimos somnolientos durante el día, lo más probable es que la causa sea la falta de descanso.
Según la investigación de Carter entre estudiantes y trabajadores, las razones por las que dormimos muy poco son principalmente tres.
En primer lugar, nuestros días están llenos de compromisos que sentimos que debemos cumplir a toda costa. Paradójicamente, aquellos que duermen menos de seis horas por la noche a menudo lo hacen porque desean ser más productivos.
La segunda causa de insomnio son las preocupaciones relacionadas con la vida cotidiana, que generan estrés y que terminan haciendo que sea difícil conciliar el sueño. Así que terminamos pasando horas en la cama, tal vez pensando en lo que nos espera al día siguiente.
Por último, Carter descubrió que a muchos de nosotros nos cuesta alejarnos de las distracciones (especialmente los teléfonos y las tabletas) cuando llega el momento de dormir. El resultado es que nos vamos a la cama demasiado tarde y dormimos menos de lo necesario.
¿Dormir como un bebé?
Los estudios sobre el sueño también revelan que los niños son la parte de población que mejor calidad de sueño tiene, aunque muy a menudo resulta difícil hacer que se acuesten.
Los pediatras con frecuencia recomiendan bajar la intensidad de las luces, apagar la televisión, leer cuentos y compartir pequeños rituales como ponerse el pijama y cepillarse los dientes para ayudar a los niños a conciliar el sueño.
Según Matthew Carter, es precisamente el hecho de dedicar especial atención al sueño de los niños lo que hace que duerman mejor.
Las mismas recomendaciones se aplican a los adultos: es necesario adoptar buenos hábitos y pequeños rituales para acostarse no muy tarde y tener una buena noche de descanso. Una rutina nocturna puede tener efectos significativos en la calidad del sueño, haciendo que sea más fácil conciliar el sueño y dormir sin molestias durante toda la noche.