
Los life hacks que simplifican la vida y aumentan la productividad (primera parte)
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No todos tienen el don del orden, y los que saben administrarse su propio tiempo de manera eficaz y productiva son aún menos. La búsqueda de herramientas capaces de solucionar este tipo de imperfecciones humanas renueva, hoy más que nunca, el impulso a la innovación tecnológica y constituye el principal factor de cambio de nuestras condiciones de vida. Y aquí llegamos al punto.
¿Qué son los life hack?
En la jerga informática nos referimos a los life hack (o trucos) para indicar una serie de trucos, órdenes, atajos y operaciones que permiten a los desarrolladores realizar determinadas actividades con el menor dispendio de energía posible, gestionando de forma eficaz sobrecargas de información. Para quien no es práctico de la red o no hace un uso cotidiano de ella, lo life hacks son herramientas (de naturaleza más o menos tecnológica) que permiten simplificar y agilizar la resolución de un problema y de mejorar, consecuentemente, la calidad de vida. Aplicados a lo cotidiano, los life hacks encuentran terreno fértil en los ámbitos más variados y están utilizados para reducir el estrés, simplificar los procesos decisorios, aumentar la productividad, centrarse en las cosas importantes y ahorrar tiempo y dinero. En este marco, los smartphones y las tabletas pueden ser vistos como puntos de aterrizaje de los principios fundantes del life hacking. En el centro de este desarrollo reside una preocupación moderna: obtener el máximo de productividad sin gastar un solo segundo de nuestra jornada laboral o privada.
Los life hacks que mejoran la productividad
La creación de miles de aplicaciones que cada día se lanzan en la red con el deseo de gestionar de forma más controlada y consciente los ritmos de vida cotidianos se hace cada vez más impresionante: hay apps para monitorear el ciclo del sueño y pensadas para evitar el mal humor matutino, o simpáticos asistentes personales virtuales ideados para guiarnos en nuestras tareas cotidianas. Los mejores life hacks de siempre son aquellos que pueden prescindir del teléfono.
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Establecer las prioridades
Establecer las prioridades quizá es el life hack más clásico y más temido. Un consejo: redefina constantemente sus objetivos para entender su prioridad e intente trazar una línea de división entre “urgente e importante” y entre “importante pero no urgente” para alcanzar primero los objetivos con prioridad alta. A veces para facilitar la organización del tiempo puede resultar útil utilizar diagramas divididos en grados de importancia y de urgencia. De esta forma, la prioridad de los objetivos adquirirá forma y será más fácilmente identificable.
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Desempeñar solo una cosa a la vez
Evitar siempre la multitarea y las sobrecargas cognitivas. Varios estudios han demostrado que el cerebro humano está estructurado para poderse concentrar en una, como mucho en dos, cosas a la vez sin correr el riesgo de actuar de forma incorrecta. La multitarea, el estrés y la alta probabilidad de errores constituyen la antítesis de la productividad y un obstáculo grande para una eficaz organización del tiempo. El “monotasking”, al revés, es decir llevar a cabo solo una actividad a la vez, constituye el verdadero secreto para mejorar la productividad; pero a veces en la oficina es muy difícil poner en práctica este principio. Las interrupciones, las llamadas entrantes y los compañeros de trabajo nos someten a continuas paradas. Si se tiene que realizar una tarea de alta concentración se deberá renunciar a la disponibilidad telefónica durante un tiempo. En estos casos se puede recurrir a una app capaz de activar el servicio de telesecretariado en pocos segundos. Un secretario o secretaria virtual que gestiona por usted las llamadas recibidas durante el tiempo que usted establezca y que siga sus instrucciones (previamente fijadas) le permite trabajar sin interrupciones. Podrá volver a llamar más tarde a quién le llamó durante este momento en el que no tenía disponibilidad.
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Encontrar el orden
Aunque el desorden tiene un lado positivo,ya que es un “síntoma” de creatividad y un modo de pensar no convencional, es también verdad que cuando se trata de optimizar la propia productividad laboral un poco de orden viene siempre bien. Primer objetivo: sacar de su escritorio todos los objetos que utiliza raramente y dejar solo lo esencial. Así encontrará material de su pasado laboral que no le hace falta en su presente y que podría distraerle de las prioridades actuales. Un pequeño esfuerzo para tener el escritorio libre y en orden puede ayudar a la concentración y ahorrar mucho tiempo, limitando las distracciones.