Programas de segunda mano: legales, seguros, convenientes

Programas de segunda mano: legales, seguros, convenientes

  • Consejos para autónomos

El coste de las licencias de programas nuevos comprados directamente en tiendas oficiales puede suponer un gasto muy alto para empresas y profesionales. Muchas veces los presupuestos anuales están cargados de costes que finalmente resultan innecesarios, como por ejemplo, licencias de programas que se quedan sin utilizar. Adquirir un software de segunda mano puede ser la opción adecuada para reducir gastos sin renunciar a la seguridad.

Revender licencias de software es legal

El 3 de julio de 2012 el Tribunal de Justicia Europeo decretó legal la reventa de licencias de software de segunda mano dentro de una disputa entre el gigante informático Oracle y la empresa UsedSoft que se dedica a comercializar licencias de segunda mano de programas de marca. En su sentencia de conclusión del procedimiento, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea remitió a la directiva 2009/24/CE sobre la protección jurídica de las aplicaciones informáticas, estableciendo que, en el momento de la venta, el propietario del software cede el derecho de propiedad de la copia adquirida y termina su derecho de distribución correspondiente a dicha copia, dejando al comprador la libertad de venderlo a terceros. La sentencia del Tribunal de Justicia liberalizó así la venta de licencias informáticas en los estados miembros de la Unión Europea y desde entonces muchas son las empresas que han empezado a dedicarse a la comercialización de programas informáticos usados. Por “software de segunda mano” se consideran todas las licencias adquiridas por una empresa, un profesional o un particular, que luego se revenden a otros, a menudo mediante mediación y certificación de empresas especializadas como Vendosoft, Relicense, Resoft o Li-x, que garantizan la autenticidad e integridad de los programas de segunda mano.

 

Una solución para el problema del shelfware

Después de esta sentencia del Tribunal Europeo, el sector del software de segunda mano parecía destinado a un rápido crecimiento, no sólo porque permite reducir los gastos relacionados con la compra y actualización de aplicaciones y programas indispensables, sino también porque ofrece a empresas y a profesionales la posibilidad de recuperar parte del dinero que cada año se desperdicia en la denominada shelfware. Shelfware es un neologismo inglés utilizado para referirse a todos aquellos programas que se compran y que finalmente se quedan sin uso y en las estanterías o en un cajón.

 

Según una encuesta realizada por Osterman Research y Trustwave, el fenómeno de los shelfware afecta a casi un tercio de las empresas y comercios, y se calcula que cada año se invierten alrededor de 12 millones de euros en licencias de software que no se utilizarán. Así que la posibilidad de volver a vender un programa que se compró, pero no se usó y ceder sus licencias a terceros se convierte en una oportunidad ventajosa para las empresas que quieren deshacerse de sus programas de la estantería. Para quien compra un software usado el ahorro es de hasta un 70%.

 

Según un estudio del ICD, el coste de las licencias de software representa de media un 20% del presupuesto de las empresas, por lo que pasarse a los programas informáticos de segunda mano puede tener un impacto considerable en el presupuesto de algunas actividades, especialmente en el caso de los profesionales y las pequeñas empresas.

 

Por estas razones, la posibilidad de revender programas resulta beneficiosa tanto para la empresa o el profesional que los pone en venta, ya que absorbe parte del gasto hecho por una mala planificación de las herramientas necesarias para desempeñar el trabajo, como para quien los compra. Poder adquirir un programa de segunda mano permite incluso poder experimentar con varios programas y poder así tener una visión más amplia de las posibles herramientas que existen para desempeñar de forma más efectiva varias tareas de trabajo.