
Remote networking: Ampliar las redes de contactos en remoto
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En la era del smart working y del distanciamiento social es posible cultivar y expandir nuestro círculo de contactos y encontrar nuevas oportunidades laborales.
El valor del networking para los profesionales y las empresas
La capacidad de establecer relaciones dentro de nuestro propio sector laboral es un requisito previo fundamental para el éxito y el crecimiento profesional, tanto para las empresas como para los autónomos. Principalmente porque ayuda a expandir los horizontes laborales, tanto para ampliar la base de clientes o para encontrar un nuevo empleo ya que el boca a boca parece ser el medio favorito para buscar nuevos talentos y contratar, como para encontrar nuevos colaboradores externos, incluso para las empresas.
El networking, por lo tanto, se constata como una fuente de oportunidades de trabajo, pero también de ampliación de las posibilidades de comparación e intercambio de ideas y opiniones con personas del mismo sector laboral.
El diálogo con otros profesionales es de hecho un elemento clave para ampliar el bagaje de conocimientos y competencias, porque nos expone a nuevas perspectivas procedentes de personas que trabajan en el mismo ámbito y que, por lo tanto, están familiarizadas con las dificultades y desafíos que caracterizan nuestro entorno profesional específico.
No olvidemos tampoco que las relaciones de carácter profesional son también una importante ocasión de socialización, aunque se trate de un intercambio de opiniones durante una conferencia o de una pequeña charla informal. Ampliar nuestras redes de contactos nos permite entrelazar relaciones que pueden ir mucho más allá del simple componente laboral y enriquecernos también a nivel personal.
¿Es posible el networking en remoto?
La creciente difusión del smart working ha abierto nuevas posibilidades de encuentro, gracias a realidades emergentes como los espacios de coworking, pero también gracias a las tecnologías que permiten trabajar en remoto a través del teléfono o de la web.
El trabajo en remoto se ha vuelto una práctica cada vez más común durante los últimos períodos de confinamiento debido a la epidemia de la Covid-19, cuando las normas de distanciamiento social adoptadas para prevenir los contagios hicieron necesario encontrar canales de comunicación alternativos, no pudiendo acudir a ferias, conferencias y eventos pensados para dicha finalidad.
Esto no significa que la expansión de las redes de contactos se haya vuelto más difícil, todo lo contrario: el número de personas que trabajan regularmente desde lugares distintos de la oficina y, por lo tanto, están acostumbradas a la socialización en remoto, ha aumentado significativamente en el último año.
Además, las restricciones temporales de movimiento y de socialización asociadas hacen que la mayoría de nosotros seamos más propensos a los intercambios informales, incluso en el contexto de las relaciones profesionales.
Sin embargo, el networking requiere más atención y planificación, ya que hace necesario adoptar una mentalidad proactiva frente a la socialización e implica transformar la búsqueda de nuevos contactos en una práctica regular.
Estrategias para el networking
Precisamente porque en este contexto la creación de redes de contactos requiere un compromiso más consciente y orientado, el enfoque más eficaz es el de empezar elaborando un listado de las personas con las que queremos establecer contacto.
Puede tratarse de individuos vinculados a oportunidades de carrera concretas o de personas a las que admiramos por sus éxitos laborales, incluso antiguos compañeros de trabajo o personas con las que simplemente nos gustaría colaborar.
A continuación, vamos a tratar de averiguar cuál es el mejor canal para comunicarse y aumentar así nuestro networking.
Si apreciamos el contenido que otro profesional publicó a través de LinkedIn o de algunos blogs, la mejor opción es empezar el diálogo dejando un comentario o un mensaje sobre ese contenido.
Si nuestro contacto potencial está activo principalmente en las redes sociales, es mejor utilizar estas últimas para intentar un acercamiento, aunque sea virtual.
Independientemente del canal que elijamos, es importante que el mensaje enviado no deje la sensación de que sea un copia y pega de contenido impersonal, sino más bien que sea capaz de despertar un genuino interés en la otra persona.
Por lo tanto, es mejor evitar los halagos o el exceso de formalidad y centrarse en sentar las bases de una relación de confianza y estimación recíproca.
Es aconsejable incluir en el mensaje una invitación a continuar la conversación o también podemos hacer preguntas que animen a nuestro interlocutor a respondernos, o invitarle directamente a tomar un café virtual a través de Zoom, FaceTime o Facebook.
Sin embargo, si no queremos que nuestros intentos de comunicación caigan en el vacío es importante mostrarnos flexibles y respetuosos con los horarios y los compromisos del otro, sin presionarlo insistentemente para obtener una respuesta.
Después del primer intercambio es fundamental mantener el diálogo activo: una vez recibido un mensaje de un nuevo contacto, debemos responder en el plazo máximo de una semana, añadimos un recordatorio a nuestra lista de tareas para asegurarnos de no olvidarlo. Programar nuestra respuesta no hace que el intercambio sea menos genuino, sino que da testimonio de lo mucho que queremos cultivar la relación.
Por último, la regla de oro de las relaciones profesionales (y no profesionales) es dejar a cada relación el espacio y el tiempo necesarios para crecer y evolucionar, sin tener prisa por obtener un retorno personal.