Una sana relación médico-paciente mejora la salud y el bienestar: consejos para profesionales médicos.

Una sana relación médico-paciente mejora la salud y el bienestar: consejos para profesionales médicos.

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La relación médico-paciente juega un papel fundamental sobre el cuadro general de la salud y mejora los resultados sanitarios. Es importante cuidar esa relación y estar al día acerca de metodologías útiles para que se genere confianza.

La profesión de médico implica no sólo tener conocimientos adquiribles por medios de una carrera universitaria, especialización y práctica, sino también tener dotes humanas innatas como la dedicación, el amor por la profesión, la empatía y la calidez, solo por citar algunas. El juramento hipocrático (el primer texto deontológico de la historia de la medicina) hace hincapié en sus responsabilidades y sus características éticas: secreto profesional, pericia y prudencia en la cura del enfermo, dar auxilio a cualquier persona sin excluir a nadie y actuar siempre para el bien de los pacientes y no desprevenidamente.

Los pacientes que confían en sus médicos tienen mejor salud

A lo largo de los años se han llevado a cabo muchos estudios para investigar si hay una correlación entre el estado de salud (resultados objetivos y subjetivos) de una persona y la relación que tiene con su médico. Según un estudio llevado a cabo por el Massachusett General Hospital, existe un vínculo entre el tipo de relación médico-paciente y los resultados sanitarios, el grado de salud y bienestar general tanto de los profesionales como de las personas atendidas. Se ha demostrado que la buena concordancia entre los dos sujetos conlleva una mayor confianza en el médico, que a su vez consigue atender de forma más eficaz al paciente y que existen unas “medidas destinadas a mejorar la interacción de los profesionales de la salud con los pacientes […] que pueden producir efectos en la salud tan beneficiosos”.

Como mejorar la relación médico-paciente

Aunque cada doctor es diferente, los mejores comparten unas características comunes y similaridades.Tienen cualidades entrañables, como la confianza y la honestidad, que ayudan a crear un ambiente cálido y ameno para los pacientes. Aquí les dejamos algunos pequeños consejos para mejorar esta relación.

La confianza constituye la base de la relación positiva entre los profesionales y los pacientes pero, para que el vínculo se haga aún más beneficioso los médicos deben saber:

 

  • Escuchar y dedicar el tiempo necesario. La primera característica que un médico tiene que tener es la capacidad de escuchar con atención y de observar. Una persona que acude a una consulta médica lo hace para poder contar lo que le está ocurriendo y lo que siente. El tiempo necesario para esto varía según la actitud y el tipo de paciente: lo importante es demostrar que se está allí para escuchar y para poder proporcionar consejos y ayudas sin interrumpir.
  • Empatía. Es fundamental inspirar confianza y demostrar empatía para que los pacientes se sientan a gusto y comprendidos; es necesario que se estime siempre como válido el motivo de la visita al consultorio y en caso de cuadros clínicos complicados saber ofrecer consuelo y apoyo.
  • Aclarar y explicar con detalles. No dejar al paciente con dudas es uno de los objetivos principales de la atención médica y profesional.
  • Asegurarse de que no se hayan dejado asuntos sin aclarar o no cubiertos, usar términos sencillos y explicar aquellos más técnicos con palabras más comunes y familiares. Cuanta más pericia se utiliza en esta fase, más rápido será el diagnóstico y el tratamiento oportuno.

 

El establecimiento de una relación positiva entre médico-paciente basada en la confianza depende directamente de cómo los médicos interactúan con las personas atendidas. Si los pacientes reconocen en el profesional a una persona competente, con una propensión a la escucha, que alienta la interacción y hace preguntas, aclara y explica con sencillez todos los asuntos médicos y dudas, las consultas médicas, la investigación y el diagnóstico resultarán más ágiles y mejores serán los resultados.

Además de mejorar los resultados sanitarios, esta “buena relación” beneficia también a los médicos porque aunque es un trabajo sobre todo basado en la dedicación, el médico también necesita respaldo y sentirse apreciado. Para ser un buen doctor o doctora hay que estar dispuesto a ir actualizando tanto los conocimientos propios de la especialidad, como las prácticas que aumenten el respeto, la confianza, el agradecimiento mutuo y la familiaridad.